Mujer y medio ambiente: los caminos de la visibilidad. Utopías, educación y nuevo paradigma (coord. María Novo) [Entrega 4]

- Invisibilidad de la naturaleza y de la mujer.

En este contexto, a lo largo de la sociedad moderna se va generando un proceso de 'invisibilidad de la naturaleza y de la mujer'. En el primer caso, se desprecian los lentos procesos por los que la vida fue abriéndose paso hasta dar lugar a los bienes naturales de los que hoy disponemos. Al mismo tiempo, la armonía, que debería ser un aspecto positivo a tener en cuenta, se convierte en algo que pasa desapercibido y no se valora. 'Cuanto más efectivamente se mantienen los ciclos vitales, como procesos ecológicos esenciales, más invisibles se tornan'. La alteración es violenta y visible; el equilibrio y la armonía se experimentan, no se ven (1). En cuanto a la mujer, no se valora el trabajo femenino no asalariado, las actividades de reproducción y cuidado de la vida. Y ambas cosas suceden, seguramente, porque las prestaciones que una y otras ofrecen no producen plusvalías inmediatas y se concretan, en gran parte, en 'bienes intangibles y "valores que no cotizan en bolsa".

El panorama que nos ha legado este comportamiento es muy preocupante. Aunque en el norte del planeta la situación de las mujeres ha cambiado bastante, y la conciencia ambiental va abriéndose paso, contemplado en términos generales ofrece datos que obligan a reflexionar.

Por un lado, encontramos una naturaleza gravemente dañada, a veces mediante procesos irreversibles, como son el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la gran merma de suelo fértil en aras de la urbanización creciente... Otras veces, sufriendo procesos que alteran gravemente el equilibrio de los ecosistemas terrestres y marinos; que contaminan el aire; que hacen avanzar los desiertos... Un planeta, en definitiva, mucho peor, en términos ambientales, que el que teníamos al comenzar el siglo XX.

En cuanto al colectivo femenino, de los más de 1.000 millones de personas que viven con menos de un dólar diario en el mundo, alrededor del 70 por ciento son mujeres, 'las más pobres entre los pobres', privadas no sólo del acceso a los recursos que se deriva de su condición económica, sino también, en muchos casos, sufriendo la 'doble discriminación' que les niega el acceso a la educación (también el 70 por ciento de los analfabetos del mundo son mujeres) y las decisiones en la comunidad, en función de su condición femenina (2).

Naturaleza y mujer se ven así afectadas, invisibilizadas, por una cultura patriarcal de 'dominio' ante la cual conviene recordar, con Habermas, que la consideración de la primera como sujeto, como una "naturaleza fraternal", exige ver a "los otros" (también a la mujer) igualmente en su calidad de sujetos (3), es decir, dotarles de visibilidad.

(Notas):

(1) Shiva, V. (1995): 'Abrazar la vida: mujer, ecología y desarrollo'. Horas y Horas. Madrid.

(2) No olvidemos que todavía en la 'Declaración del Milenio', suscrita por Naciones Unidas en el año 2000 como planteamiento de metas para el siglo XXI, uno de los apartados recuerda la necesidad de "igualar a las niñas con los niños en la escuela primaria", como objetivo a cubrir ¡para el año 2015!... Esto da idea de la gravedad del problema en numerosos países.

(3) Habermas, J. (1984): 'Ciencia y Técnica como 'ideología''. Tecnos. Madrid.

(María Novo, Catarata)